The Edge Of Glory. Capítulo 2.

Capítulo 2. Lexi.
-Solo es una discusión de enamorados tonta. Pronto vendrá arrepentido a tus brazos, ya verás.-Georgia dio un tirón de mi pelo mientras terminaba de trenzarlo.
-No sé…nunca le había visto así. Es mi culpa.- ¿Lo estaría agobiando? Pero, me habían encomendado protegerlo. Si eso pasaba era porque había razones por las que había que mantenerle seguro. ¿Por qué no podía entenderlo ahora?
-Ya está. Me ha quedado genial. ¡Guau! ¡Qué artista soy!
Me miré en el espejo que había en un lado de nuestra habitación. Nunca me había trenzado el pelo y, ahora que lo veía así, me encantaba. Georgia había hecho un buen trabajo.
-¡Vaya! Gracias. Está increíble.
-Lo sé jajaja. Bueno creo que será mejor si nos vamos a las duchas, ¿no crees? Antes de que se haga más tarde.
Ambas nos levantamos de su cama y cogimos nuestra ropa y neceseres para el baño. De camino allí, se me calló el neceser que estaba abierto haciendo que todas mis cosas se desperdigaran por el suelo. Georgia estaba hablando con un chico a unos metros y, cuando hizo ademán de venir a ayudarme, le negué con la cabeza. Pude leer un “gracias” en sus labios.
Recogí mi pasta de dientes, mi champú…un segundo, ¿y mi cepillo? Levanté la cabeza justo cuando una mano apareció en frente de mí.  Era él.
-Gracias.-Alargué la mano y cogí mi cepillo.
-De nada.-Se apoyó en una pared cercana y me estudió con aquellos ojos verdes tan intensos.-Creo que no nos han presentado. Soy Izan.
-Yo Lexi. Un placer.-Dije algo tímida.-Bueno tengo que irme. Ya nos vemos Izan.
-Claro. Hasta otro día Lexi.-Se despidió con la mano mientras sonreía.
Me alejé de allí a paso rápido. Había algo de Izan que no terminaba de gustarme. Algo en su forma de mirarme que me inquietaba. Tal vez se había dado cuenta de lo que hice, por eso me miraba cuando sucedió lo del balón…o quizás solo fueran imaginaciones mías.
-¡Ah! Dios mío, gracias por dejar que siguiera hablando con Josh.-Georgia me dio un abrazo emocionada.
-De nada. ¿Te gusta ese chico o qué?
-Bueno…puede que un poco.-Enarqué una ceja.- ¡Vale! Mucho.
-Anda, vamos a la ducha.
Por suerte las cabinas estaban separadas. Podría estirar mis alas sin que nadie las viera. Llevaban demasiado tiempo plegadas y las sentía agarrotadas. A medida que el agua caía, mis músculos se relajaban y mis alas se abrían ansiosas por estar liberadas de las ajustadas camisetas que llevaba habitualmente.  Suspiré profundamente. Esperaba que pronto pudiera arreglar las cosas con Byron.
********
El resto del día Georgia y yo lo pasamos fuera. Cerca de nuestro instituto había una cafetería muy acogedora. Allí fue donde me llevó Georgia contra mi voluntad. No quería dejar a Byron solo en el instituto pero, ella me convenció para dejarle espacio para pensar y opté por ir. No me haría nada el salir a tomar algo, ¿no?
Apenas habíamos empezado a comer nuestra ensalada cuando vimos a alguien del instituto entrando por la puerta. Eran Josh e Izan. Georgia casi se atraganta cuando vio al chico de sus sueños entrando por la puerta. Me apiadé de ella. Tan exagerado podía ser el amor adolescente…pero, cuando giré la cabeza para verlos acercarse sonrientes, también sentí que mi mundo se tambaleaba.
-Hola chicos, ¿qué hacéis por aquí?-Georgia  le dejó sitio a Izan y yo dejé que Josh se sentara a mi lado.
-Izan me dijo de salir un rato y acepté. ¡Qué suerte topar con las chicas más guapas del instituto!-Georgia sonrió divertida y me miró mientras daba un sorbo a su batido. Me di cuenta de que Izan no había dicho nada desde que llegaron. Miraba alternativamente entre nosotros y sonreía tímidamente. Parecía un chico totalmente diferente.
-¿Y vosotras?-Izan pronunció aquellas palabras mirándome.
-Salimos para refrescarnos. Lexi se peleó con su novio y…-La corté.
-Georgia.
-¿Novio?-Me sorprendió la pregunta de Izan.-Ah, ¿el tipo con el que llegaste? Era Bryan, o…
-Byron.-Pronunciar su nombre me costó menos de lo que pensé.
-Eso. Lo siento.-Juraría haber visto una sonrisa en su cara.
-Se me acabó el batido. Mierda. Voy a por otro, enseguida vuelvo.-Georgia se levantó pero la paré.
-No, voy yo tranquila. Ahora vuelvo.-Me acerqué a la barra.
Los camareros iban y venían. Tendría que esperar un rato hasta que me atendieran. La verdad lo prefería. Izan me ponía nerviosa y no sabía por qué. De pronto vi que el taburete de al lado se acercaba al mío y alguien se sentaba.
-No hacía falta que vinieras. Puedo pedirlo yo sola, ¿eh?
-No he venido por eso. Así que te has peleado con el tipo ese. ¿Estás bien?
Aquello me pilló desprevenida. ¿Izan se preocupaba por mí? Una sensación cálida recorrió mi cuerpo provocándome una pequeña sonrisa.
-Creo que sí. Aunque me gustaría arreglarlo pronto.
-Entiendo. ¿Te gusta mucho no?-Me observó con sus brillantes ojos verdes.
-Algo parecido.-Él me miró confundido. “La he fastidiado”.
-¿Deseaban algo?
-Sí, un batido de fresa por favor.
-Enseguida.
Al cabo de unos minutos, el batido descansaba delante de Georgia, mientras su contenido se reducía a cada sorbo que daba. Izan se había sentado ahora a mi lado, ya que Josh se había deslizado hasta el asiento de al lado de Georgia. 
-¿Cuál es tu primera clase de mañana?-Izan se giró sonriente.
-Creo que era historia pero no estoy segura.
-¿Historia? ¡Genial! Creo que ya tengo pareja para el trabajo que mandarán.-Se rió dulcemente.
Me sonrojé ante aquello. La idea de formar pareja con Izan no parecía tan mala después de todo. Era simpático, al contrario de lo que pensé el día en que me choqué con él en el pasillo del instituto.
-Si no quieres ponerte conmigo está bien, ¿eh? Era una broma.-Se rió pero su risa no llegó a sus ojos.
-No, está bien. Me pondré contigo. Total, no conozco a nadie por allí. Prefiero ponerme con alguien que conozco.-Aclaré.
-En realidad, poco me conoces.-Su sonrisa torcida captó mi atención.
-Sí, bueno…
-Eso se puede arreglar. ¿Qué haces el viernes por la tarde?-Se apoyó en la mesa y me miró.
-¿Por qué?-Sonreí ante la idea de pasar el viernes con Izan.
-Para jugar al parchís.-Mi cara se contrajo en una mueca.- Por si querías salir a dar una vuelta, ir al cine…no sé. Si te parece bien. Así nos conocemos mejor.
-Mmmm, lo pensaré gracias. Bueno se ha hecho tarde, deberíamos irnos ya al instituto, ¿no?-Me incorporé.-Georgia, Josh…
Josh parecía estar rendido ante los encantos de mi amiga por lo que pude ver.
-Bueno, yo me voy con Lexi tranquilos. Estaremos bien.-Izan se levantó dándole una patada a Josh antes de irse.
Los dos asintieron ausentes y ambos nos dirigimos hacia la puerta. Izan abrió la puerta y me inclinó la cabeza para que saliera antes que él.
-Gracias.
De camino al instituto no hablamos mucho. Cuando estábamos llegando, perdí el equilibro con algo y casi me precipito al suelo, salvo por el pequeño detalle de que Izan me sujetó. Su mano me agarraba fuertemente por debajo de la espalda, envolviéndome en uno de sus brazos. Nuestros rostros demasiado cerca, tanto que sentí su cálido aliento en mi cuello.
-Oye, si no quieres quedar conmigo solo tienes que decirlo, pero no te mates, ¿vale?-Sonrió para quitarle peso al asunto.
Me libró de su agarre no sin antes dejar su mano más de lo que debería sobre mi cintura. Seguimos andando hacia la puerta principal. Cuando abrimos la puerta me encontré con Byron de frente. Izan se puso algo tenso pero, decidió irse sin decir nada. No quería que se marchara pero necesitaba hablar con Byron. Ninguno de los dos dijo nada. Solo nos miramos. Entonces él abrió sus brazos y me acuné en su pecho.
-Siento mucho lo que te dije. Fui un gilipollas en serio.-Me acarició el pelo.
-No pasa nada. Es normal que te sientas así, soy algo sobreprotectora supongo.
-Que va, solo haces lo que te piden.-Sonrió.-Por cierto, ¿qué hacías con ese tío?
-Tiene nombre Byron.-Refunfuñé.
-¿Puedo saber cuál es?
-Izan. Además, solo me estaba acompañando hasta aquí. Nos encontramos en la cafetería.
-Espero que solo fuera eso.-Me miró serio.-Es broma.-Se relajó.
-Te veo mañana.-Le di un beso en la mejilla.
-Adiós ángel.
Avancé por los pasillos hacia mi habitación. Justo delante de nuestra puerta, un papel estaba depositado en el suelo. Me agaché y lo recogí de allí. Le di la vuelta y vi que alguien había escrito algo en él. “Sé lo que eres”.

No hay comentarios: