'Nevermore'.

Bajo aquel árbol, una chica de pelo tan negro como el azabache y labios cortados sujetaba una libreta ya amarilleada por el tiempo. Sus pequeñas manos, se movían rápidamente por los recovecos blancos de las hojas haciendo trazas definidos mientras una sombra negra empezaba a engullir los espacios vacíos, no solo de las hojas. Empezaba a distinguirse un ave negra que parecía cubrir toda esperanza y aplastarla contra el  fino papel. El pico de aquel extraño ser, parecía sujetar algo pequeño. Lo que sería un guardapelo. 
A cada infinito segundo que pasaba, el suave viento que soplaba se tornaba feroz. Las hojas doradas de los árboles cubrieron la visión del chico, y, por un instante, la oscuridad del bosque se tornó en luz, pero, la chica no estaba allí. Había desaparecido junto con los últimos rayos de sol que se filtraban entra las delgadas ramas de los árboles. Entonces, algo cayó al suelo. Sus manos buscaron a tientas entra la hojarasca hasta topar con la superficie del objeto. Era igual que el que aparecía en el dibujo del cuaderno de la chica. Lo deslizó entre sus manos e hizo girar su cierre para ver lo que contenía. 
Esperaba ver cualquier cosa, salvo la que presenciaron sus ojos. Un par de cristales ocupaban el fondo del guardapelo. Giró el objeto entre sus manos de nuevo. Lo abrió y lo cerró. Volvió a girar el mecanismo, y se miró en el pequeño espejo sucio por el tiempo. 
Fue en ese momento, cuando la vio. Detrás de él, a apenas unos metros, la chica del pelo oscuro como aquel plumaje del cuervo del dibujo le observaba. El guardapelo se resbaló de sus dedos y con un golpe seco se perdió a sus pies. Lo último que consiguió oír, fue el aleteo de un pájaro alejándose.



2 comentarios:

Inma dijo...

¡Me han dado escalofríos! Y me encantan los textos así, que te mantienen en suspense y a la espera de lo que va a ocurrir, a pesar de ser tan breves. Intentaré pasarme más por aquí :)

Marta. dijo...

Muchas gracias Inma. No te preocupes, yo he desaparecido mucho.