The Edge Of Glory. Capítulo 18

Capítulo 18. Izan.

-Aquí tiene.
-Gracias.-Recogí los dos conos de helado y busqué el sitio donde nos habíamos colocado en la playa.
Lexi se había puesto justo al lado de una pareja de ancianos con una sombrilla algo vistosa, así que pensé que no me sería difícil encontrarla. Avancé con cuidado evitando toallas y esquivando a los niños pequeños que correteaban jugando por la arena, incluso, golpeé un balón  que venía en mi dirección y se lo devolví a los chicos que se divertían con él. Entonces la vi. Lexi estaba semienterrada en la arena. Al parecer el pequeño que estaba con la pareja de ancianos se lo estaba pasando en grande. Lexi le ayudaba amontonando arena en sus piernas y el pequeño la aplanaba con su pala. Me acerqué a ella y no pude evitar reírme.
-Mm, helados. ¡Genial! Ya puedo decir que estoy en el paraíso.-Su sonrisa se ensanchó.
-¡Stuart! Ven, déjales solos anda.-El que deduje que sería su abuelo, lo llamó y el pequeño salió disparado hacia ellos dejándonos solos.
-Ayúdame a salir de aquí anda.-Lexi intentaba levantarse pero no podía. Decidí no hacer nada y me senté a su lado sonriéndole tendiéndole su helado.
-Come y después veo si te saco o no de ahí.
-¡Idiota!
Cogió su cono fingiendo estar enfadada y empezamos a comer. Yo había pedido un helado de menta con chocolate mientras que el de Lexi era simplemente de fresa. Me quedé mirando el mar. Mi madre nos traía muchas veces aquí de pequeños. Recuerdo cuando mi hermana era pequeña y jugábamos en el agua con una pelota que nos había regalado mi padre. Ese fue el último verano que pasamos con él. Murió de un cáncer.
Como si Lexi me hubiera leído el pensamiento apoyó su cabeza en mi hombro y supe que podría contar con ella. Cuando se terminó el helado después que yo, reparé en que tenía una gotita de fresa en la nariz. Extendí mi dedo índice y se la retiré con cuidado. Me llevé el dedo a la boca y saboreé la pequeña gota.
-No está mal.
-Vamos al agua, ¡venga!-Sacudió las piernas enterradas bajo la arena. La cogí de los brazos y la ayudé a salir, sino le iba a costar demasiado. –Gracias.
Me deshice de la camiseta que llevaba y la dejé en una bolsa que Lexi había traído. Al volverme, vi a Lexi tirándome del brazo para llevarme al agua. Parecía una niña pequeña cuando se ponía así. Era adorable, tenía que admitirlo. Salió corriendo hacia el agua y me animó a seguirla. Me llevó un rato volver a la realidad después de ver a Lexi en bikini. Lo llevaba de un color rosa palo con unas tirantas alrededor del cuello que se sujetaban detrás. Tenía un cuerpo increíble. Sus perfectas piernas parecían no tener fin.
-¡Izan! ¿Qué haces?-Su voz me trajo a la realidad.
-¡Voy!
Abandoné aquellos pensamientos, aunque no por mucho tiempo, y me zambullí en el agua adelantándome a ella. Cuando salí, la vi a mi lado. Se apartaba varios mechones de su largo pelo rojizo mojado. Nadé hacia ella y me sumergí justo debajo. Logré que sus piernas se sujetaran a ambos lados de mi cabeza, no sin recibir algunas patadas antes. Al salir a la superficie, llevaba a Lexi en los hombros.
-¡Estás loco! ¡Bájame!-Gritaba.
-¿Y si no quiero qué pasa?
-¡Izan! En serio.
-Tápate la nariz.
-¿Qué me tape qué?-Ante de que dijera nada más, me curvé hacia atrás y sentí a Lexi caer en el agua. Me di la vuelta para ver si estaba bien y, aparte de tener todos los pelos pegados a la cara, estaba estupenda.
-Te odio.-Masculló entre dientes antes de sumergirse y peinarse como pudo, mientras, yo, no paraba de reírme.
Lexi.
-No me hace gracia. Déjame.-Nadé fingiendo estar enfadada lejos de él pero, pronto me alcanzó y me rodeó tiernamente con sus brazos. No pude evitar sonreír.
-No me odies, por favor.-Susurró en mi oído y sentí mi piel erizarse. Mi corazón parecía ir a mil por hora. No era normal que me pusiera así, salvo que con él estando cerca, esto era algo normal.
-¿Por qué razón no puedo odiarte, hum?
-Porque sabes que te…-Hizo una pausa.-que te daría una ahogadilla de nuevo y eso no te gustaría, eh, ¿a qué no?
Me llevé una decepción. De verdad pensaba que…pero no. Supongo que todavía no llega a sentir lo que yo siento por él. Sabía que nunca podría comprarme a Eve. “Sucios ángeles caídos y sus artimañas” Pensé con asco. Sus labios presionando los míos, interrumpieron mis pensamientos. Fue un beso corto pero cálido. Tal vez en otra ocasión consiguiera que me dijera esas dos palabras que significan tanto para alguien. “Te quiero”.

2 comentarios:

My Stroy dijo...

En serio, espero el siguienteeeeeee *-*
Un besito guapaa

Marta. dijo...

ajajajaja muchas gracias My Stroy :) yo si que espero el tuyo :D besos ♥